El impacto de las afecciones adquiridas por la inmovilidad, como las lesiones por presión y el TEV, es devastador. Estas enfermedades potencialmente mortales, pero evitables, causan un enorme sufrimiento a los pacientes y conllevan costes considerables para los profesionales sanitarios.

Con una inmovilidad inmediata o prolongada, el riesgo de complicaciones en los cuidados aumenta considerablemente. Esto lleva a una reducción de la calidad de vida y la dignidad de los pacientes, a un aumento de la necesidad de intervenciones sanitarias y a un aumento de los costes de los centros sanitarios.

El sector sanitario tiene una de las tasas más altas de lesiones laborales no mortales. Cada día, los cuidadores corren un riesgo significativo de sufrir lesiones relacionadas con el trabajo, lo que provoca dolores y sufrimientos innecesarios, al tiempo que agotan valiosos recursos.

La demanda mundial de atención sanitaria está creciendo y evolucionando. En el futuro, será necesario crear millones de nuevos puestos de trabajo en el ámbito de la atención sanitaria y social, si bien en paralelo los centros sanitarios están sometidos a una presión cada vez mayor para reducir sus costes operativos e ineficiencias.