“Poder mantener mi movilidad a un nivel lo más alto posible es muy importante para mí. Solo quiero estar allí para mi hijo en cada paso de su proceso de crecimiento.”
Una noche antes de una celebración, los rayos X mostraron que Femme tenía esclerosis múltiple. Ahora, en su lucha contra la movilidad reducida, Femme recibe el apoyo de su familia,; especialmente de su compañero y de su hijo Arvo. – su principal motivación.
«Si se produce alguna novedad, toma aire, analízalo, mira cómo puedes sobrellevarlo, readaptarte y sigue moviéndote; una y otra vez.».
La capacidad para moverse significa muy poco para ella sin la conexión con las emociones que la movilidad continuada representa. Cuando ve sonreír a Arvo, se acuerda del objetivo de seguir; paso a paso. Incluso con dolor y fatiga, ella vive el desafío de la movilidad reducida con determinación, siempre esforzándose por lograr sus propios objetivos personales, a pesar de las inmensas dificultades físicas.
«Con solo poder tener la oportunidad de ser madre mientras pueda, seré muy feliz.».
Para Femme, el movimiento de empoderamiento significa mucho más que poderse mover, ya que le permite estar presente en el día a día de su familia e, incluso, en su propia vida. Saca fuerzas de estos momentos y de las tareas diarias como, por ejemplo, ver a su hijo jugando al fútbol. El movimiento de empoderamiento enriquece su vida, ya que le permite continuar enfrentándose a su enfermedad con motivación.